Una noche en Miami (One Night in Miami, Regina King, USA, 2020)
El 25 de febrero de 1964, Cassius Clay, con tan solo 22 años, se convierte en el Campeón mundial de boxeo de pesos pesados tras derrotar, de forma inesperada pero incontestable, a su compatriota y poseedor de dicha corona hasta el momento, Sonny Liston, por abandono en el séptimo asalto.
El combate tuvo lugar en el Miami Beach Convention Center, y esa noche tres hombres acompañaron al campeón en su celebración en el Hampton House Motel para negros, sin saber que ese encuentro del que nada ha trascendido serviría al guionista Kemp Powers para escribir en 2013 una obra de ficción de lo que pudo haber ocurrido en esa habitación de hotel.
“La historia no es el pasado, es el presente”, James Baldwin (I Am Not Your Negro, de Raoul Peck, 2016).
Powers, guionista y co-director de la película Soul, de Pete Docter, 2020, cree que esta conversación era necesaria entonces y sigue siendo necesaria ahora. Fue una conversación privada que se convirtió en pública por la responsabilidad e influencia de las personas presentes, iconos del mundo de color, cada uno en su campo, que contribuyeron desde su posición a la lucha por la defensa de los derechos, hacia la igualdad y el empoderamiento de los suyos.
“No solo tenemos derecho a ser libres, tenemos el deber de serlo”, Martin Luther King (I Am Not Your Negro, de Raoul Peck, 2016).
Regina King dirige su primer largo partiendo de esta conversación pendiente en su comunidad. Empezó su carrera como actriz en 1990 en la película Los chicos del barrio (Boyz in the Hood), de John Singleton, al que considera un mentor. Ha dirigido episodios de varias series de televisión de éxito como Scandal, This is Us, Shameless o Insecure, y ha ganado cuatro Emmys por su labor como actriz en televisión, así como un Globo de Oro y un Oscar como actriz secundaria por su magnífico trabajo como madre abnegada en el drama El Blues de Beale Street (If Beale Street Could Talk, de Barry Jenkins, 2018). King es conocida y respetada en Hollywood por ser una gran defensora de la gente de color y de las mujeres en la industria, así como por sus parlamentos reivindicativos. Durante su discurso de aceptación del Globo de Oro por El Blues..., King se comprometió a contar con un 50% de mujeres en todas sus producciones futuras y retó al resto de sus compañeros de la industria a hacer lo mismo.
En su discurso por el Emmy obtenido por Watchmen en 2020, llevaba puesta una camiseta con la cara de Breonna Taylor, instó a sus compatriotas a votar en las siguientes elecciones presidenciales y rindió un pequeño homenaje a la jueza recientemente fallecida, del Tribunal Supremo, Ruth Bader Ginsburg.
Breonna Taylor, mujer afroamericana de 26 años murió asesinada en un tiroteo sin justificar a manos de la policía de Louisville, Kentucky en marzo de 2020. George Floyd fue la siguiente víctima de violencia policial, en mayo del mismo año, cuando tras su arresto fue inmovilizado en el suelo y aplastado por el cuello por tres agentes, provocándole la muerte, al ignorar éstos sus súplicas de no poder respirar “I can´t breath”, en Minneapolis, Minnesota.
El movimiento Black Lives Matter, creado en 2013, e inspirado entre otros en el movimiento Black Power (Malcolm X fue precursor del movimiento pre-Black Power) y el Movimiento Africo-Americano de Derechos Civiles, resurgió con fuerza tras estos asesinatos y sirvieron como inspiración a King para decidirse a realizar este largo. Como personas negras, King dice que su responsabilidad al tiempo como figura pública, es ser honestos con ellos mismos, no compararse con lo que no hacen, o lo que otros no hacen y no juzgar lo que crees que otros deberían estar haciendo. Al preguntarse sobre su responsabilidad como artista negro, defiende el derecho a expandirse como tal, o a explorar ideas sin tener necesariamente un “tono racial”. Continúa King: ¿Cuánto ha cambiado la situación? Ahora nos sentimos más empoderados para decir lo que sentimos sin necesidad de disculparnos sobre cómo nos sentimos, pero, ¿estamos dispuestos a mantener una conversación entre nosotros?
“No todo lo que se afronta se puede cambiar, pero nada se puede cambiar si no se afronta”, (Una noche en Miami, Regina King, 2020)
El año 1964 fue un año muy importante para todos los personajes representados en este largo.
Malcolm X (Kingsley Ben-Adir) convoca a su amigo Cassius Clay (Eli Goree) con la excusa de encontrarse con él tras su victoria, pero realmente su interés es otro. Cassius se ha convertido al islam y Malcolm busca publicitarlo en su propio beneficio. Líder icónico de la Nación del Islam, defendía la supremacía negra y la separación de razas; portavoz del odio que abogaba por el sectarismo negro, con estrictas normas de comportamiento. Malcolm empezó a tener dudas en su fe por el comportamiento de su líder, el profeta Elijah Muhammad. Fue expulsado de la organización y fundó la Mezquita Musulmana, Inc. solo un mes después de este encuentro, en marzo de 1964. Anunciar la conversión de su amigo Clay le daría una gran publicidad y serviría como lanzamiento de su nueva organización. Sin embargo, Clay, no lo tenía tan claro.
“Para los blancos siempre será el mono negro el que mueva la palanca del organillo”, (Una noche en Miami, Regina King, 2020)
Además de “The Greatest” (“El más grande”), Clay era también conocido como “el Bocazas” en los sesenta, por su chulería tanto en el ring como fuera del mismo, este joven impetuoso confesó que su propósito en la vida era ser un héroe que enseñase a los negros que ser negro era algo hermoso, y esperaba que alcanzar todos esos títulos le ayudara a mostrar a los blancos que no podían tratar a los negros como ciudadanos de segunda. Con su conversión al islam cambió su nombre de esclavo, uno que él no había escogido, por el de Muhammad Ali, un hombre libre y lo proclamó al mundo, pero no lo hizo para beneficio de su amigo Malcolm X.
La imagen que King ofrece de Malcolm X en este film es distinta completamente a la que se puede ver en el Malcolm X de Spike Lee, 1992. Aquí aparece una imagen más “sonriente”, un acercamiento más privado y familiar, demostrando que los hombres poderosos también son vulnerables. Como ejemplo, la conversación telefónica que mantiene con su hija mayor Attallah desde una cabina, en la que le da las buenas noches de forma muy cariñosa, y le dice dónde encontrar una nota para ella escondida en uno de sus libros favoritos (anécdota real que no aparece en la obra de Powers, pero que la mujer de Malcolm X, Embajador Shabbaz, compartió con King para esta película). Ben-Adir transmite perfectamente esa sonrisa de su personaje real, sin restarle la fuerza del mismo en sus discursos en la defensión de su postura sobre el diablo que representa todo hombre blanco. Es inevitable la comparación con Denzel Washington que se muestra con una imagen más potente y desde un volumen también mucho más elevado.
“Ha llegado el momento de trazar una línea y estar encima de ella o frente a ella. Tenemos que salvarnos a nosotros mismos, sin responder a nadie”, (Una noche en Miami, Regina King,2020)
La vida del boxeador ha sido llevada al cine en innumerables ocasiones, la versión Ali, de Michael Mann de 2001 empieza un día antes de su primera proclamación como campeón del mundo de los pesos pesados, el 24 de febrero de 1964 y lleva al espectador a conocerle mejor durante los siguientes 10 años de su carrera. Mann presta especial atención a su negativa a incorporarse al ejercito tras el llamamiento a filas de su gobierno en 1966, y lo que eso le supuso. Ali solo quería boxear, no se le había perdido nada en Vietnam, donde su país libraba una guerra, y donde, según sus palabras “no Viet-cong called me negro” (“ningún Viet-cong me ha llamado ´negro. No voy a recorrer 10.000 kilómetros para ayudar a asesinar a un país pobre simplemente para continuar la dominación de los blancos contra los esclavos negros”).
La retirada de su licencia para pelear y defender su título le relegó casi al olvido y a la ruina. La misma Nación del Islam le retiró su apoyo cuando el dinero empezó a desaparecer, porque si bien, al principio de su carrera Elijah Muhammad consideraba este deporte muy unido a las apuestas, finalmente, el carisma del boxeador para su causa religiosa y el que se alejara de quien le acercó al islamismo, su amigo Malcolm X, fue más fuerte. El propio hijo del profeta, Herbert Muhammad se convirtió en su manager, aunque, la Nación del Islam afirmaba que no estaban ligados a los negocios de Ali.
Se observa con más detalle en esta cinta la espiritualidad del personaje, especialmente en su primer viaje a África (Ghana, 1964) y su debilidad por las mujeres, hay que recordar que solo tenía 22 años cuando alcanzó la cumbre. Recuperó el título que según él nunca había perdido por no haberlo podido defender, el 30 de octubre de 1974, en Kinsasa frente a George Foreman, en un combate organizado entre el promotor Don King y Mobutu Sese Seko, presidente de Zaire (actualmente República Democrática del Congo), que ayudaría a llenarse los bolsillos al primero y a promocionar a su país en el extranjero al segundo. Todo, ante 60.000 espectadores que coreaban “¡Ali bumaye!” (“¡Alí, mátalo!”).
"Flota como una mariposa, pica como una avispa. No puedes golpear lo que tus ojos no ven",
Muhamad Ali.
El documental I am Ali, de Clare Lewis, 2014, realizado con imágenes reales y grabaciones sonoras propias de la vida de este boxeador, es también una buena muestra de la historia de este hombre que fue más grande que la vida misma: “El boxeo seguirá sin mí. Yo sé que el Concorde no es muy económico. Están pensando en dejarlo en tierra. Bueno si lo hacen, seguirá habiendo aviones, pero no serán como el Concorde. Pues resulta que yo soy el Concorde del boxeo, y los demás, son el resto de los aviones. Estaba más arriba que el resto, me movía más rápido que ellos, pero tienes que acostumbrarte a montar en avión otra vez, porque ya no te volverás a montar en el Concorde”.
El pegamento de este grupo sin embargo es otro joven atleta, de 28 años, James Nathaniel "Jim" Brown (Aldis Hodge), estrella de los Cleveland Browns de la NFL, el único personaje real vivo todavía. Brown está en la lista de los 100 mejores jugadores de la historia de la NFL publicada el 4 de noviembre de 2010, donde se le sitúa como el segundo mejor jugador de todos los tiempos, por detrás de Jerry Rice. Fue también el primer jugador en toda la historia de la NFL en anotar 100 touchdowns por tierra y se mantiene como el único jugador que tiene un promedio de cien yardas por juego en toda su carrera. Brown rumiaba ya en esos momentos dejar el fútbol y dedicarse al cine, cansado de la constante discriminación que persistía aún siendo ese gran y admirado jugador.
Al principio de la película, King nos presenta a cada uno de los personajes, en el caso de Brown, volviendo a su tierra natal, St. Simons (Georgia), sentado en un Cadillac descapotable que demuestra su poderío económico. Llega a la grandiosa plantación del Sr. Carlton (Beau Bridges) emplazado por éste, entre gestos de admiración suyos y de su hija por su enorme trabajo en la NFL, pero, no puede pasar del porche, “recuerda que no permitimos la entrada de ´negros´ en la casa”.
El cuarto personaje es Samuel Cook, conocido por su nombre artístico de Sam Cooke (Lesli Odom Jr.). Considerado pionero de la música soul, además, de una gran influencia en la música pop, el R&B y el neosoul. Para muchos, junto con Otis Redding, Sam Cooke es El Rey delSoul. Fue el primer cantante afroamericano en fundar su propia empresa discográfica, SAR Records. De los cuatro, Sam era el más poderoso porque estaba integrado con los blancos, dentro de su sistema económico gracias a los beneficios de su música, llegando a ser uno de los artistas con mayor audiencia no afroamericana. En su rebeldía, dejó su pelo crecer libre, a lo “afro”, creando escuela y sintiéndose orgulloso de su cultura. Cooke defendía el interés económico de su trabajo y la importancia de los royalties adquiridos con su música, aduciendo “no quiero un trozo del pastel, quiero la receta”. Reconocido activista del Movimiento de los Derechos Civiles, llegó a representar tal amenaza que hace que se sospeche de las razones reales de su muerte solo unos meses después (se pueden ver estas teorías desarrolladas en el documental sobre su vida: Los dos asesinatos de Sam Cooke, Remastered: The Two Killings of Sam Cooke de Kelly Duane, 2019). Tanto Malcolm X como Cooke estaban siendo vigilados por el FBI.
La presentación del personaje de Cooke es más colorida, aparece cantando en el Copacabana, sueño de Cooke, aunque los blancos ricos de las mesas que lo llenan no sienten lo mismo.
“No nos odian, simplemente no saben lo que pasa al otro lado del muro, no quieren mirar”, (Una noche en Miami, Regina King, 2020)
La mayor parte de la película se desarrolla en la habitación de hotel para negros donde se hospeda Malcolm X. Cuenta King que su inspiración para la iluminación y la escenografía fueron las películas de El blues de Bale Street (If Beale Street Could Talk, de Barry Jenkins, 2018), e In the Mood for love (Wong Kar-wai 2001). Buscó, además de por su talento, a actores de edad, apariencia, altura y color similares para que encajaran bien en la pieza, colocándoles frente a diferentes paneles de colores y analizando los fondos que mejor combinarían con ellos.
Utiliza planos cenitales muy potentes, cuando Clay gana el campeonato vemos un ring pequeñito con personajes moviéndose en fila india de derecha a izquierda y de izquierda a derecha de forma alineada y muy ordenada, como un desfile visto desde el aire. La salida del coche de Jim Brown a la llegada al hotel de la celebración con la apertura de las puertas de forma sincronizada donde las cuatro personas se convierten en un bloque es también destacable. Las posiciones de los hombres en la habitación de hotel son bastante simétricas, recordando en cierto modo al uso de la proporción de Wes Anderson. Sentados en la cama, o cuando Malcolm X habla desde el fondo de la habitación a sus tres amigos colocados milimétricamente en el otro extremo de la habitación.
Los hombres parecen desaparecer de estas escenas y quedan solo las personas y sus ideas, se puede sentir en la fuerza de sus actuaciones y de las imágenes. King es capaz también de mostrar el movimiento sin que se mueva la cámara, evitando así la distracción de la audiencia.
Utiliza el fondo de un piano muy levemente solo en la escena del ring, porque no cree en la música sobre los diálogos, además de que la pandemia no le permitió trabajar con un compositor. Los diálogos son la estrella de la película. King narra una historia de amor, no de un amor romántico, pero el amor es indudablemente parte de la historia.
Sin embargo, la música es un elemento esencial en todas las películas aquí mencionadas, destacando especialmente la aparición de las composiciones de Sam Cooke, puesto que formaron parte esencial del desarrollo de la cultura negra y de su lucha por los derechos civiles en los años 60. Se añade la música étnica africana que aparece en Ali, durante los viajes del boxeador a Ghana y Kinsasa, o en I am Ali, como un descubrimiento más que apoya este renacimiento cultural.
Malcolm X recrimina a Sam Cooke que un judío blanco de Minnesota describa mejor el sufrimiento de los negros con su canción Blowin´ in the wind de 1963, que cualquiera de sus éxitos. Cooke confiesa que desde el momento que la escuchó, quiso componer algo similar, pero no fue hasta el invierno de 1964 cuando lo consiguiera con A change is gonna come, donde sintetiza sus tempranas vivencias, sus dudas en torno a la religión – siendo hijo de un pastor-, el sentido de la existencia, y la denuncia de la injusticia con la consecuente reivindicación para él y los suyos. Once días después de su muerte se publicó en forma de single anticipando la salida de su último álbum Ain´t That Good News, con el tema Shake en la cara A y el tema en cuestión en la cara B. Se convirtió en un himno a favor de los derechos civiles.
La celebración sale finalmente de la habitación de hotel, dando un poco de oxígeno a esa conversación que continuará al día siguiente para cada uno de ellos, y para todos, porque es una conversación que no ha terminado…
“It is a time for martyrs now, and if I am to be one, it will be for the cause of brotherhood. That´s the only thing that can save this country” (“Ahora es tiempo de mártires, y si voy a ser uno, será por la causa de la hermandad. Eso es lo único que puede salvar a este país”), Malcolm X, 19 de febrero de 1965. Fue asesinado 2 días después.
Pilar Oncina